5 de Julio.
Llevo una semana triste, llorando por cada rincón de la casa. La soledad de un duelo sigue doliendo como el primer día.
Recuerdo que la noche antes de la prueba de embarazo soñé con un bebé. Soñé que tenía un hijo y que estaba ahí delante de mí, acostado en la cama. Me desperté de un golpe y sin decir ni mu fui al baño, puse a grabar el móvil y me hice una prueba de embarazo. Mientras el test se decidía me lave la cara, respire hondo en varias ocasiones y me puse nerviosa mientras miraba el test poca abajo. De repente, mire el test y vi "Embarazada". El test diciendo que estaba embaraza y yo sin poder creérmelo.
Llamé corriendo a Carlos y me abrazó, fue el abrazo más bonito del mundo para mí en aquel momento. La pregunta de "Y ahora que se hace" saliendo de su boca me hizo tanta gracia y a la vez me dio tanto miedo.
Por suerte guardo ese video y las fotos posteriores. Fue un momento de felicidad plena, ese positivo tan esperado después de 4 meses llenos de negativos.
El momento de ver ese positivo es el más pleno para una persona que quiere ser madre o padre, es el más feliz y más gratificante de su vida hasta ese momento.
Un sin fin de emociones, alegría, felicidad, ilusión, asombro, sorpresa.
Aún tengo mariposas en el estómago cuando recuerdo ese día, ese abrazo y esas lágrimas de felicidad.
Tomar esta foto nerviosa y a la vez contesta, tomé más de 10 hasta que por fin una no salió borrosa.
Aun con este dolor dentro de mí puedo sentir algo de ilusión al volver a ver las fotos. Fotos del progreso de mi tripa, recordar las reacciones de la gente al enterarse. Lucía era un proyecto de vida y sé que aun que ese proyecto paró de golpe volverá a reabrirse pronto y con la misma ilusión que tuve con ella.
7 de julio.
Hoy es un día donde no me puedo permitir estar triste.
Es un día en el que tengo que disfrutar y donde voy a estar rodeada de aquellas personitas que me han estado cuidando, animándome y preocupados en todo este proceso.
Sé que tengo poca gente en vida con la que verdaderamente puedo contar, gente a la que le puedo contar mil cosas hoy y no hablarlas en días y nunca van a irse de mi lado. Nunca he sido la mejor amiga y nunca he pretendido serlo. Cada persona es como es y no soy quien para cambiar a nadie. Pero sé que lo que doy, lo hago con todo mi ser y mi corazón, aun que para algunos sea poco.
Siempre he sido solitaria, planes tranquilos en casa, juegos de mesa, videojuegos y películas. Nunca me ha gustado salir de fiesta, creo que puedo contar con los dedos de la mano las veces que he salido. El alcohol nunca ha sido algo primordial en mi vida por lo que tampoco salía para beber. A sí que los amigos que siempre he tenido, que eran todo lo contrario a mí nunca han estado mucho tiempo en mi vida. Los que quedaron porque eran más parecidos se han terminado alejando por distintos puntos de vista o porque buscaban una amistad que yo no les podía otorgar.
Ahora de adulta es más complicado hacer amigos aunque con esto de la tecnología, los videojuegos y las redes sociales acabas conociendo a gente que se queda por ahí apoyándote y hablándote de pascuas a ramos.
Ojalá fuéramos todos Sims y pudiéramos hacer amigos tan fácilmente como hacer clic en la persona y darle a interacciones amistosas, todo sería más sencillo.
El día ha terminado y no he pensado en Lucía en ningún momento, solo aquí en la cama como cada noche. He podido disfrutar del día sin llorar ni recordar momentos malos y eso para mí es un logro.
11 de julio.
Hoy por fin hemos llamado al ayuntamiento para escoger la fecha de la boda.
Tras mucho pensarlo con Carlos queríamos escoger un día en octubre, el mes donde Lucía iba a nacer.
7 de octubre.
Mi fecha probable de parto era para el 17 de octubre por lo que lo hemos ajustado de tal forma que Lucía esté donde esté también forme parte de este enlace y de esta familia. Estoy nerviosa, tengo ganas, pero a la vez siento que me falta algo al terminar el día y no termino de disfrutar del todo las buenas noticias. Siento aún que esto no debió ocurrirme a mí o que estoy dentro de una pesadilla
super larga y no consigo despertarme.
¿Cuánto tiempo va a seguir durando estas sensaciones?
Quiero poder vivir sin este dolor cada día.
15 de julio.
Últimamente estoy con más ganas y más energía. Tengo sensaciones que hace 2 meses eran impensables para mí y energía para continuar mi día a día.
Si me preguntan diría que sigo triste a ratos, pero la mayoría del tiempo estoy bien. Ya no tengo tanto que escribir como antes, tantos pensamientos malos que me aplatanan y me hacen sentirme pequeñita.
Tengo aún bajones grandes en momentos específicos del día o del día de la semana. Por ejemplo, los jueves son los peores. Es un día que me remueve las tripas y donde más recuerdos dolorosos vienen a la mente. Los jueves se han transformado en llorar, sentirme idiota y no poder ni comer.
El mejor día son los lunes, me noto con más energía y con más ganas de hacer cosas.
Pensándolo bien mientras escribo esto, creo que es por los momentos de mi vida de hace 2 meses.
El lunes antes de saber que Lucía ya no tenía latido fue un día maravilloso. Un día donde le hablaba por la mañana y la contaba el sueño que había tenido, donde papá le ponía músico y nos reíamos. Y el jueves fue el día en el que Lucía abandono mi cuerpo y me quedé sin ella. Fue un día de dolor tanto físico como mental. El peor día de mi vida. Solo espero que esto de odiar un día de la semana se vaya en un futuro, está siendo tan agotador que solo quiero que esto termine de una vez.